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“En los últimos 30 años, hemos sido testigos de algo sin precedentes y peligroso para la supervivencia misma de la democracia estadounidense: un colapso de la confianza pública en los líderes e instituciones de la nación”, dijo Gerard Baker, escritor y columnista británico, en un artículo reciente en el New York Post sobre su libro “American Breakdown: How Americans Lost Trust in their Leaders and Institutions and How to Rebuild Confidence”.

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El artículo citaba la última encuesta realizada por la Organización Gallup en julio, que reveló que, en nueve instituciones clave, el porcentaje promedio de estadounidenses que afirmaban tener "mucha o bastante confianza" en ellas era del 26 %. Esta fue la cifra más baja jamás registrada, según el informe.

Durante la última década, aproximadamente, la gente se ha dado cuenta de que la han engañado, le han mentido y le han vendido una imagen falsa, y en el proceso, sus líderes le han fallado a Estados Unidos, afirma el artículo.

El autor dijo que el Pew Research Center, que ha realizado encuestas similares durante 30 años, encontró que la confianza del público en la mayoría de las instituciones estadounidenses más importantes ha caído drásticamente.

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Baker afirmó que lo más preocupante era que los estadounidenses también habían perdido la confianza mutua. «Este desplome de la confianza social está dañando irreparablemente los lazos que unen a los estadounidenses».

“Estados Unidos se encuentra hoy, entonces, como un país fundamentalmente incómodo consigo mismo, una nación donde un gran número de sus ciudadanos desconfían profundamente de los líderes e instituciones que los gobiernan, de las empresas que los abastecen, de las personas que los educan e informan y, cada vez más, entre sí”, escribió.

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“Otros factores han contribuido al colapso de la confianza: nuestras instituciones no solo han sido mendaces y engañosas, sino que en las últimas décadas su desempeño ha sido pésimo: gobiernos que nos han metido en guerras extranjeras desastrosas y han presidido fronteras abiertas, epidemias de adicciones, crisis financieras, escándalos corporativos, una dramática ampliación de la desigualdad económica y social, innovaciones tecnológicas que nos han expuesto a riesgos de privacidad y crisis de salud mental”, decía el artículo.