Muñecas sexuales robóticas de silicona con pechos grandes de 153 cm

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HE3A0733


Detalle del producto

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Propiedades

Silicona con esqueleto

Color de la piel

Natural/Bronceado/Negro

Altura

153 cm

Material

100% Silicona + Trasplante Capilar + Esqueleto

Altura (sin cabeza)

139 cm

Cintura

49 centímetros

Parte superior del pecho

85 centímetros

Caderas

96 cm

Parte inferior del pecho

64 centímetros

Hombro

35 centímetros

Brazo

62 centímetros

Pierna

70 centímetros

Profundidad vaginal

18 centímetros

Profundidad anal

15 centímetros

Profundidad oral Mano

16 centímetros

Peso neto

38 kg

Pies

21 centímetros

Peso bruto

48 kg

Tamaño de la caja

141*40*30cm

Aplicaciones: Uso popular en medicina, modelos, educación sexual y tiendas para adultos.

HE3A0724 HE3A0732 HE3A0733 HE3A0737 HE3A0660 HE3A0682 HE3A07196 1 2 3 4 5Planifica el día como Benjamin Franklin

Puede que Benjamin Franklin no fuera emperador romano, pero el Padre Fundador, impresor e inventor se debatió con la misma pregunta que Marco Aurelio: ¿Qué significaba vivir una vida virtuosa? Franklin mantuvo su propia lista de virtudes: templanza, silencio, orden, resolución, frugalidad, laboriosidad, sinceridad, justicia, moderación, limpieza, tranquilidad, castidad y humildad.

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Creía que las acciones hablaban más que las palabras, así que Franklin no solo quería promover estas virtudes, sino practicarlas a través de hábitos cotidianos. Para ello, Franklin planificaba su día hora a hora. Muñeca sexual de grandes pechos.

Cada día comenzaba con un despertar temprano. Se levantaba a las 5:00 a. m. y pasaba las siguientes tres horas lavándose, desayunando, planificando el día y reflexionando sobre una pregunta clave: "¿Qué bien haré hoy?". Esta meditación matutina probablemente le ayudó a encontrar propósito, enfoque y propósito en su trabajo.

Otro de sus rituales matutinos quizá fuera menos contemplativo, pero aparentemente no menos vigorizante: sentarse desnudo durante al menos media hora. En una carta de 1768 al médico francés Jacques Barbeu-Dubourg, Franklin describió la práctica de sentarse al aire frío como un «baño tonificante o tónico», que prefería al «shock» de un baño de agua fría.


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