Muñeca sexual real de silicona de 165 cm, muñeca sexual japonesa real
Propiedades | Muñeca sexual de TPE | Color de la piel | Natural/Bronceado/Negro |
Altura | 165 centímetros | Material | 100% TPE con esqueleto |
Altura (sin cabeza) | 154 cm | Cintura | 52 centímetros |
Parte superior del pecho | 84 centímetros | Caderas | 98 centímetros |
Parte inferior del pecho | 57 centímetros | Hombro | 33 centímetros |
Brazo | 58 centímetros | Pierna | 88 centímetros |
Profundidad vaginal | 18 centímetros | Profundidad anal | 15 centímetros |
Profundidad oral | 12 centímetros | Mano | 17 centímetros |
Peso neto | 40 kilos | Pies | 21 centímetros |
Peso bruto | 50 kilos | Tamaño de la caja | 155*42*33cm |
Aplicaciones: Uso popular en medicina, modelos, educación sexual y tiendas para adultos. |
La isla Meares forma parte del territorio de los Tla-o-qui-aht. También lo son Tofino y decenas de islas en el estrecho de Clayoquot (Clayoquot es una forma antigua del nombre del país). Canadá afirma que estas 400 millas cuadradas son una mezcla de parque nacional, zonas forestales provinciales y tierras privadas, con algunas pequeñas aldeas indígenas. Pero los Tla-o-qui-aht afirman que todo es su territorio y siempre lo ha sido. Han declarado toda la zona como parques tribales.
Gran parte de esta zona ha sido talada, de forma drástica, por empresas que despojaron al país de su valioso cedro antiguo y provocaron erosión y ruina. "Vinieron y se fueron", dijo Saya Masso, jefa del departamento de recursos naturales de Tla-o-qui-aht. "Eso fue hace 50 años. Y no restauraron la tierra, ni tampoco lo hicieron Columbia Británica ni Canadá. Así que nosotros lo estamos haciendo".
Los Tla-o-qui-aht están recanalizando arroyos, recreando el ecosistema anterior a la tala, protegiendo las áreas de desove del arenque y bloqueando los caminos de tala en lugares delicados donde los visitantes no deberían ir.Muñeca sexual usada
Además del trabajo de conservación, están comenzando el tedioso pero vital negocio de construir la nación: iniciando sus propios programas educativos, contratando a sus propios guardabosques (conocidos como guardianes de parques) y, posiblemente lo más importante, persuadiendo a las empresas para que agreguen algo parecido a un impuesto a las ventas (un recargo voluntario del uno por ciento) a las facturas de sus clientes para apoyar los esfuerzos de la nación.