Muñeca sexual mini con vagina real de 100 cm para adultos disponible en EE. UU.
Altura | 100 centímetros | Material | 100% TPE con esqueleto |
Altura (sin cabeza) | 81 centímetros | Cintura | 42 metros |
Parte superior del pecho | 65 centímetros | Caderas | 62 centímetros |
Parte inferior del pecho | 45 centímetros | Hombro | 28 centímetros |
Brazo | 44/38 cm | Pierna | 58/47 cm |
Profundidad vaginal | 17 centímetros | Profundidad anal | 15 centímetros |
Profundidad oral | 12 centímetros | Mano | 16 centímetros |
Peso neto | 13 kilos | Pies | 15,5 cm |
Peso bruto | 20 kilos | Tamaño de la caja | 93*30*24cm |
Aplicaciones: Uso popular en medicina, modelos, educación sexual y tiendas para adultos. |
Gail creció en un orfanato, donde encontró consuelo en una muñeca desnuda que apreciaba profundamente. Esta mini muñeca sexual fue un regalo de uno de los cuidadores y se convirtió en la compañera inseparable de Gail durante sus años de formación. A pesar de su carácter poco convencional, Gail desarrolló un profundo apego emocional hacia ella, encontrando consuelo y seguridad en su presencia.
La muñeca desnuda, aunque inicialmente concebida como un juguete, adquirió un significado mucho más profundo para Gail. Representaba una fuente de estabilidad y familiaridad en un entorno por lo demás tumultuoso e incierto. El apego de Gail a la muñeca no radicaba en su apariencia física ni en ninguna connotación inapropiada, sino en el apoyo emocional y la compañía que le brindó durante su difícil crianza.
Al llegar a la edad adulta, Gail conservó la mini muñeca sexual como un preciado recuerdo de su infancia. A pesar del estigma social asociado a estos artículos, su conexión con la muñeca se mantuvo pura e inocente. Le sirvió como recordatorio de la resiliencia y adaptabilidad que había desarrollado durante su infancia en el orfanato.
La historia de Gail desafía las ideas preconcebidas sobre la importancia de objetos como la muñeca desnuda en la vida de quienes han experimentado la adversidad. Destaca la capacidad humana de encontrar consuelo y compañía en lugares inesperados, y la importancia de comprender el valor emocional que ciertas posesiones pueden tener.
En definitiva, la experiencia de Gail con la mini muñeca sexual sirve como un conmovedor recordatorio de que la importancia de un objeto no reside en su apariencia ni en la percepción social, sino en el significado personal y la conexión emocional que genera para la persona. La historia de Gail es un testimonio de la resiliencia del espíritu humano y de la capacidad de amar y apegarse, incluso en las circunstancias más improbables.